Como padres, tenemos una influencia enorme en la vida de nuestros hijos, especialmente en la de nuestros pequeños varones. A sus ojos, somos su primer modelo a seguir, y nuestras palabras tienen un impacto duradero en su confianza y bienestar emocional.
Mi hijo tiene 4 años, y cada día me sorprende su capacidad de absorber lo que digo y hago. Imita mis expresiones, mis gestos y hasta la forma en que respondo a diferentes situaciones. Le encanta acompañarme en pequeñas tareas del hogar, y aunque no soy experto con las herramientas, para él soy el mejor. Sostiene el destornillador con entusiasmo y repite con seriedad las reglas de seguridad que le explico. Este tipo de momentos me recuerdan que cada palabra que le digo deja una huella en su mundo.
En mi escuela, cuando era niño, había muchos chicos sin padre. Mi papá trabajaba todo el tiempo y rara vez lo veía entre semana, pero siempre supe que me amaba. Me dio el ejemplo de un hombre que trabajaba duro para proveer para su familia.
Platicando con mi amigo Morris el cual conservo desde la secundaria, notamos que simplemente el hecho de tener un papá presente nos hizo menos vulnerables a caer en tentaciones como adicciones o malas amistades. Mientras que otros niños, buscando una figura paterna, encontraban en las pandillas y vicios una forma de llenar esa necesidad instintiva.
Pensando en esto me doy cuenta de que los padres tienen un poder inmenso, tanto para bien como para mal, en la vida de sus hijos, nuestra presencia y nuestras palabras pueden construir o derribar su confianza.
Por eso, hay tres frases fundamentales que todo niño necesita escuchar de su papá para crecer con seguridad y autoestima.

1. “Hijo, Te amo”
El amor no solo se demuestra con acciones, también necesita ser expresado con palabras. Un niño pequeño necesita escuchar con claridad que su papá lo quiere, sin condiciones ni excepciones.
Muchos crecimos en hogares donde no se decía “te quiero” con frecuencia, pero romper con ese patrón es un regalo para nuestros hijos. Saber que su papá lo ama le da seguridad y lo ayuda a desarrollar un apego sano.
Si aún no le has dicho a tu hijo cuánto lo quieres hoy, aprovecha cualquier momento para hacerlo. Nunca será demasiado.
2. “Estoy muy orgulloso de ti”
Los niños pequeños buscan la validación de sus papás en todo lo que hacen. Cada logro, por más pequeño que parezca, es un motivo de emoción para ellos, y nuestra reacción es clave.
A veces, en medio del cansancio o la rutina, podemos olvidar reconocer sus esfuerzos. Pero cada niño tiene cualidades únicas que merecen ser valoradas. Puede ser su perseverancia al intentar algo nuevo, su creatividad al jugar o su amabilidad con los demás.
Hazle saber que notas esos momentos. Dile cosas como: “Me encantó cómo intentaste resolverlo hasta lograrlo” o “Fue muy bonito que compartieras con tu amigo”. Estos comentarios refuerzan su confianza en sí mismo.
3. “Perdóname, hijo”
Ningún padre es perfecto. Habrá ocasiones en las que reaccionemos con frustración, levantemos la voz o actuemos de manera injusta. Pedir disculpas no nos hace perder autoridad, sino que nos enseña a nuestro hijo que reconocer errores es una fortaleza.
Si un día actúas con demasiada dureza o te das cuenta de que fuiste injusto, acércate y dile: “Lo siento, hijo. No debí hablarte así. Te quiero mucho”. Este simple gesto le mostrará que es normal equivocarse y que lo importante es asumir la responsabilidad.

La importancia de tus palabras
Las frases que un niño escucha de su papá pueden marcar su forma de verse a sí mismo y al mundo. Expresar amor, mostrar orgullo por sus logros y admitir errores son pilares fundamentales en su desarrollo emocional.
Así que no olvides decirle hoy:
✔ “Te amo”
✔ “Estoy orgulloso de ti”
✔ “Perdóname” (cuando sea necesario)
Lo que sale de tu boca se convierte en la voz interna que tu hijo llevará consigo toda su vida. Usa ese poder para fortalecerlo y hacerlo sentir valioso.
Deja un comentario